Quiénes somos?
Era final de enero de este año cuando a nuestro correo electrónico llegó un mensaje de Bea Comendador que titulaba: “consulta sobre concha de yacimiento del bronce”. La ostia, una concha del bronce en Galicia!!!... esto pintaba bien (los yacimientos con moluscos en este periodo en esta región se cuentan con los dedos de la mano, y nos sobran la mitad)... y además a 150 Km. de la costa!!!... en la provincia de Ourense!!!... Esto pintaba mejor, aunque fuera un hallazgo superficial hecho por un paisano (no tenemos constancia de la presencia de conchas en el interior de Galicia desde el paleolítico hasta época romana)...
La imagen escaneada de una foto antigua que nos adjuntaba no era muy definitoria (un inoportuno flashazo rebotaba en la concha apreciando únicamente el contorno), pero parecía que el ejemplar pertenecía a la Familia Nassaridae. “De esta familia no es raro encontrar Nassarius reticulatus en varios yacimientos gallegos del hierro y romanizados, son especies que suelen habitar sustratos arenosos del infralitoral o el intermareal inferior. No suelen estar vinculadas a consumo humano” Le contestamos...
Y todo quedó en esto, prometiendo nuevas fotos, conteniendo la euforia y poniendo la concha “en cuarentena”, aunque fuera del periodo que fuera “pintaba bien poco a 150 km de la costa”.
De dónde venimos?
A principios de la semana pasada recibimos otro correo de Bea, con nuevas fotos y nuevos datos. En él confirmaba la versión de que la concha se había localizado superficialmente “a escasos metros de donde localizó el conjunto de moldes del mediados del II milenio”. Además junto a la concha se “encontró lo que parecía una fusayola, pero ahora vista de cerca, parece una piedra con perforación bitroncocónica oblicua”. Por otro lado, también había “restos de molinos barquiformes y manos de molino” y en la prospección realizada el año pasado se localizaron “3 fragmentos de cerámica prehistórica lisa”, lo que invitaba a pensar en “un yacimiento de fosas” del Bronce.
Las nuevas fotos nos desconcertaron y al mismo tiempo se amplió nuestra euforia... No era una Nassaridae, eso fijo.... pero tampoco era una concha del Atlántico. ¿Sería del Mediterráneo...? y si además de tener una concha del bronce en el interior de Galicia esta viene por comercio con el Mediterráneo... eso ya era la reostia.
Ante la duda de su procedencia, enviamos un correo electrónico a varios compañeros que trabajan en el Mare Nostrum para que nos ayudaran con la identificación. Rápidamente nos contestaron Jordi Nadal y Juan Jesús Cantillo (a los que agradecemos su rápida respuesta y el ponernos sobre la pista), pero su respuesta nos dejó noqueados, era un KO técnico.
Lo primero que buscaban era la cámara oculta... si tenía que ser Mediterránea por morfología podía ser un Buccinidae, pero todo pintaba a una especie exótica, concretamente a una Baylonia zeylanica o Babylonia japónica. Pero que pintaba una concha de estas especies en la Edad del Bronce en Galicia... vamos para arrancarse de los pelos y volverse loco.
Y efectivamente... era una concha exótica, y por lo tanto una intrusión contemporánea, nuestro gozo metido en un “hoyo” del bronce. Concretamente era una “concha de marfil” (Babylonia japónica), que habita en fondos arenosos o fangosos en aguas poco profundas (aproximadamente 10-20 m de profundidad) desde el sur de Hokkaido a Kyushu, ¡Japón!!!!!!!!!. Esta especie es apreciada gastronomicamente, siendo habitual en el sushi de Tsubugai. Esta explotación ha provocado que desde la década de los 70 sea una especie en un continuo descenso de población.
Adónde vamos?
Y ahora... que pinta una concha del Japón en A Gudiña (Ourense) (por favor, mirar donde queda). La verdad es que es impresionante como somos capaces de construir teorías en segundos fruto de nuestras ideas preconcebidas (demostrar los contactos Mediterráneo-Atlántico en el Bronce, qué jugoso!!!), y mira tú por donde de los fenicios nos vamos al Imperio del Sol Naciente, al Cipango (Curioso dos mitos del metal, Casitérides y Cipango, unidos por una concha y separados por muchos Km. y más años) jajajaja. En aquel primer correo Bea nos ponía: “Es un dato más que habla de las relaciones de la zona con otras áreas”; nunca pensamos, ni ella ni nosotros, que con áreas tan lejanas. También es curioso que esta especie, casi desapareciendo desde los 70-80 en el Mar de Japón y que aparezca, seguramente en los 90, en el interior de Galicia.
Y al fin y al cabo... que pinta esta concha aquí... pues a saber... Es cierto que a finales 1989 salió una colección de Orbis-Fabri... quizás una concha repetida... O algún pariente de alguien de la zona estaba embarcado en la marina mercante y llegó a Japón, donde consiguió la concha y se la regaló a su pariente, que, no viendo el sentido de guardar aquello, decidió arrojarlo para ver si, al menos, servía de abono para el terreno. Un peregrino despistado que cambió su concha patria por el símbolo jacobeo.... Incluso nos han sugerido que sean restos de un restaurante japonés, pero en A Gudiña...
Señores está abierta la veda de las hipótesis, toda sugerencia es posible.... En fin, arqueología pura y dura.
hola, felicidades por el Blog!
ResponderEliminarYo tengo una Babylonia aquí (vivo en Córdoba), que pillé en una playa en la India este año... No quiero ni pensar si la dejo caer en algún yacimiento, he he.
Saludos desde Córdoba